Luis de Góngora, poeta español
Luis de Góngora y Argote nació en Córdoba en el año 1561. La posición acomodada de su familia le permitió cursar estudios en la prestigiosa Universidad de Salamanca, además de recibir una educación religiosa. Esta educación le valió el ocupar un cargo menor dentro de la Iglesia, el cual aprovechó para viajar por todo el territorio español, además de realizar constantes visitas a la Corte en Madrid. Una vez decide instalarse en la ciudad de Madrid es nombrado capellán del mismísimo Felipe III.
Una de las principales características de la obra de Góngora es su pasión por la belleza en sí, quedando en un segundo plano tanto el amor como las tribulaciones religiosas, mucho más propias de las obras de sus contemporáneos. Este hecho le valió el ganarse una gran cantidad de críticos con su obra, así como una profunda división de opiniones entre quienes la conocían, y entre los principales detractores de su trabajo nos encontramos al satírico Francisco de Quevedo y a Lope de Vega. Pero también contó con el apoyo incondicional de personajes como Pedro de Valencia o fray Hortensio de Paravicino.
Se considera que su obra se divide en dos vertientes, por una parte tenemos sus romances y letrillas, en los que relata amoríos y aventuras caballerescas, pero al otro lado nos encontramos con el llamado «culteranismo», que desde la publicación de la Oda a la toma de Larache en 1617, irá tomando un cariz cada vez más intrincado complejo en sus obras. Góngora fue ampliamente elogiado por la primera etapa de su obra, incluso hay quienes consideran que él escribió los más hermosos versos de la literatura española.
También se le conoce por la Fábula de Polifemo y Galatea, escrita en 1613, y en el que nos narra la historia de un cíclope llamado Polifemo y su imposible amor por Galatea, una ninfa enamorada del joven Acis. Es en esta obra donde Góngora demuestra su talento para las fábulas mitológicas, y su exquisito dominio de la descripción. Otra de sus obras más célebres es Las Soledades, en la que el autor quería retratar la soledad de los parajes naturales, desde campos florecidos hasta yermos, y que hoy sigue siendo considerado como una obra maestra de la lírica, aunque le costó las más duras críticas de sus contemporáneos.
Luis de Gongora terminaría sus días perseguido por las deudas, y falleciendo en la ciudad de Córdoba en el año 1627.