Alfonso III El Magno, rey de Asturias
Conocido bajo el sobrenombre de «El Magno», Alfonso III nació en Zamora en el año 910. Sus padres fueron el rey Ordoño I y la reina Nuña, fue el último rey asturiano (o el primer rey de León). En León residió durante largas temporadas y estableció su Consejo de Gobierno y Tribunal de Justicia. Tras la muerte de su padre, y a causa de las derrotas que venían sufriendo, tuvo lugar una sublevación de la nobleza en Álava y Galicia, lugares donde el conde Fruela accedió al trono obligando a Alfonso a marchar a Castilla.
Sin embargo, éste contó con la inestimable ayuda del conde Rodrigo de Castilla para reprimir las rebeliones y recuperar el poder que Fruela les había usurpado. Se impuso una pacificación interior que tuvo repercusiones favorables en la consolidación de los núcleos conquistados y en la repoblación y expansión de los mismos. El emirato de Córdoba no fue ajeno a esta debilidad (independencia de provincias fronterizas, sublevación de Umar ben Hafsm).
Establecida la corte en León, se prosiguió con la conquista, ocupando Braga, Oporto, Viseu, Coimbra, Deza y Atienza. Dueñas, Simancas y Toros, repobladas con mozárabes, establecieron las líneas fronterizas en el Duero.
Durante el reinado de Alfonso III fueron elaboradas importantes crónicas como la «Crónica albeldense» (que relata la historia universal de los emperadores de Roma, de los monarcas asturianos y de los reyes godos), la «Crónica profética» (sostenía que la dominación islámica estaba llegando a su fin) y la «Crónica de Alfonso III«, que no es más que una exposición de las grandezas del reinado.
Las sublevaciones protagonizadas por vascos y gallegos, así como el carácter independiente de los nobles en Castilla produjeron que Alfonso III dividiese el reino entre sus hijos.
Alfonso III falleció en el año 910. Su reinado se extiende desde el año 866 hasta el fin de sus días.