Eva Braun, La Dama de la Alemania Nazi
Eva Braun nació el 6 de febrero del año 1912 en Münich. Era la hija de Franziska Kronburguer, una mujer modista, y de un maestro de escuela, Fritz Braun. Su nombre completo es Eva Anna Paula Braun y fue la mediana de tres hermanas que no destacó por ser buena estudiante, aunque se esforzó estudiando más tarde ballet. Amaba la música, el baile, el cine, la literatura romántica, a los animales y al deporte, siendo una gran deportista.
El primer contacto que tuvo con Hitler fue cuando trabajó como asistente personal del fotógrafo del dictador, Heinrich Hoffman, aunque en esos momentos tan solo lo conocía como Wolf y no tenía ningún trato con él. Cuando, en 1929, murió la sobrina del dictador, Geli Raubal (a la que estaba muy unida), se conocieron en el estudio del fotógrafo.
La relación empezó al año siguiente, en 1930, cuando Eva tenía la tierna edad de 18 años y él estaba entrando ya en la madurez plena, con 43 años. Al no estar casados, Hitler y Eva se veían muy poco públicamente, solo en las reuniones más personales y sin que ningún alto cargo se encontrase en ella, así que Eva se pasaba los días y días ‘Mirando por la ventana’.
No fue una relación fácil para La Dama, ya que intentó suicidarse en dos ocasiones, una con una pistola y otra por sobredosis de fármacos, debido a los celos constantes que tenía la joven. Cuando esto ocurrió, Hitler decidió comprarle una casa al lado de la de sus padres y ponerle un coche con chofer disponible durante todo el día. Esto hizo que no se volviese a repetir el intento de suicidio.
Finalmente, el día 19 de abril del año 1945, Eva y Adolf contrajeron matrimonio, un día antes de la muerte de ambos. El día final, ambos entraron en el despacho de Hitler y ella bebió una dosis de cianuro y recibió una pistola, aunque no llegó a utilizarla. Cuando ambos habían acabado con su vida, fueron incinerados rápidamente, ya que el Ejército Ruso estaba cerca de búnker.
Sin duda una mujer que le prometió fidelidad al Führer y que la cumplió hasta la muerte. Finalmente, os dejo con una carta publicada por un familiar de Eva:
«Querida Tschapperl:
Me encuentro bien, no te inquietes, aunque tal vez un poco cansado. Espero regresar pronto y poder de ese modo descansar, poniéndome en tus manos. Estoy muy necesitado de calma, pero mis deberes hacia el pueblo alemán están por encima de todo. No olvides que mis riesgos no pueden compararse con los de los soldados del frente. Te agradezco tus pruebas de afecto y te ruego que des las gracias a tu honorable padre y a tu afectuosa madre por sus deseos y sus votos. Me siento muy orgulloso y te ruego les transmitas la seguridad del honor que para mí significa poseer el cariño de una muchacha que pertenece a una familia tan distinguida. Te he enviado mi uniforme del día de la desgracia. Es una prueba de que la Providencia me protege, y de que no debemos temer a nuestros enemigos. De todo corazón, su Adolf Hitler»
Eva le respondió así:
«Amor mío: Estoy fuera de mí, desesperada, abatida y triste. No puedo vivir, ahora que sé que te hallas en peligro. Vuelve lo antes posible, pues me siento un poco trastornada. Aquí el tiempo es hermoso y todo parece tan tranquilo que me siento avergonzada. ¡Qué triste lo de Schmundt! No me atrevo a hablar a su viuda. Siempre te he dicho que no podría vivir si te ocurriese algo. Desde nuestros primeros encuentros me prometí seguirte a todas partes, incluso a la muerte. Sabes que sólo vivo para amarte. Tu Eva».