Leonor de Aquitania, corazón de leona

Leonor de Aquitania

Leonor, nacida en la región francesa de Aquitania en 1122, llegó a ser la primera reina de Francia y más tarde, reina de Inglaterra. Dos de sus hijos, Ricardo y Juan, también fueron reyes de Inglaterra. Fue famosa por su belleza, personalidad y ambición, y por sus tempestuosos matrimonios, particularmente el segundo, con el rey Enrique II de Inglaterra, fundador de la dinastía Plantagenet en ese país.

Leonor era la nieta de Guillermo IX de Aquitania, quien además de gobernar fue uno de los primeros y más famosos trovadores de la época. Después de la muerte de sus padres y de su hermano pequeño, la joven heredó el ducado francés de Aquitania, lo que la convirtió en la mujer más rica de Europa.

A diferencia de la mayoría, Leonor fue cuidadosamente educada. Capaz de leer y hablar en Latín, era versada en música y literatura. Apreciaba la cetrería, la caza y montar a caballo.

El mismo año que su padre moría, y con 15 años de edad, la joven se casó con Luis VII, rey de Francia. La gran vitalidad de la muchacha contrastaba fuertemente con la seriedad y el carácter adusto del monarca. Aún así, y aunque jamás llegó a comprenderla, el rey la amó y la admiró toda su vida.

En el tiempo de las Cruzadas, Leonor contaba con 19 años. Ella misma se encargó de enviar y acompañar a miles de sus caballeros a Tierra Santa para luchar contra turcos y sarracenos. Vestida y armada para la ocasión, la verdad es que jamás llegó a entrar en combate personalmente.

Durante este período en Oriente, la reina tuvo un romance con su tío, Raimundo de Poitiers, Príncipe de Aquitania. Ella lo apoyó en su estrategia de recuperar Edesa para así conservar la presencia de occidental en Tierra Santa. Pero las órdenes del rey francés eran otras: regresar a Jerusalén. El monarca tuvo que obligar casi a la fuerza a Leonor a acompañarle en la expedición. Esta fracasó y la pareja real regresó a Francia viajando por separado. En cuanto a Raimundo, murió en combate.

A pesar de que el matrimonio había solicitado el divorcio al Papa, éste se lo negó y volvió a reconciliar a Luis con Leonor. Continuaron juntos un tiempo, durante el cual nació su segunda hija, Alicia ( la mayor era María, nacida cinco años antes). Poco después, en 1152, el matrimonio fue anulado y Leonor recuperó su libertad. Dejó a sus hijas en la corte francesa y volvió a casarse, esta vez con Enrique de Anjou, once años más joven que ella y futuro rey de Inglaterra.

Las posesiones y tierras de Leonor pasaron a la corona inglesa, lo cual, unido a lo que ya poseía Enrique, sirvió para convertirle en un poderoso rival para el reino de Francia, con el que siempre tuvo dificultades.

En los trece años siguientes, la pareja tuvo ocho hijos. Las infidelidades del rey durante esta etapa provocaron mucha tensión. Hasta que un día, Enrique envió a su esposa a Aquitania, para poner en orden sus ducados. Leonor aprovechó la ocasión de establecer su propio poder en su tierra natal, rechazando así ser el peón de un rey al que consideraba feudal. Además creó su propia Corte de Justicia, y puso al mando a su hijo preferido, Ricardo. Una vez más, Aquitania volvía a brillar en Europa.

Años más tarde, Leonor y su hija mayor, María, redactaron una especie de «código del amor». Consistía en una serie de artículos que explicaban los ideales femeninos sobre las relaciones, algo muy avanzado para su época y muy alejado del «amor cortesano».

Cuando comenzaron las disputas por la sucesión, la reina envió a tres de sus hijos a luchar contra su padre. La rebelión fue aplastada y Leonor fue apresada y llevada durante los siguientes 15 años a varias fortalezas inglesas. En 1189, Enrique muere y el favorito de la reina, Ricardo, le sucede en el trono. Será Ricardo I, Corazón de León.

Ricardo I en las Cruzadas

A la marcha de Ricardo a las Cruzadas, su madre queda al mando como regente. En su ausencia, Leonor arregla el matrimonio de su hijo con Berenguela de Navarra. Incluso arriesgó su vida llevando la novia a Grecia para el enlace, sobreviviendo a un naufragio. Contaba entonces con 70 años.

Además, pudo frustrar el intento de su hijo más joven, Juan (el famoso Juan Sin Tierra), de usurpar el trono de su hermano. Terminó mandándolo a Aquitania.

En 1192, Ricardo fue apresado por el Emperador del Sacro Imperio, Enrique VI, quien pidió nada menos que 70.000 marcos por su rescate. La reina regente logró reunir la cantidad a base de impuestos y embargando a las iglesias sus reliquias y tesoros, consiguiendo la libertad del rey.

Esta increíble mujer, que vivió hasta los 82 años, algo extraordinario para su época, sobrevivió a su hijo Ricardo y a la toma de posesión del trono de su hijo Juan. Murió en 1204, en su retiro de la Abadía de Fontevrault, donde descansan sus restos al lado de los de su marido Enrique II y su hijo Ricardo.

tumba de Leonor y Enrique

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3 comentarios

  1. ángélica dice:

    Me sirvió mucho esta información sobre el trabajo de Historia en mi clase que daré y le pido que pongan más específico la información, no lo tomen a mal pero si te revuelve en poco pero gracis porque me sirvió y me saque un 10 en mi tarea.

  2. Fernanda dice:

    q onda ps no me ayudo de nada pero muy bien redactado

  3. José Elías Cobos dice:

    Es muy interesante la vida de Leonor de Aquitania, con sus claroscuros propios de un ser humano, empero bastante bien superados por su inteligencia, fortaleza y capacidad, algo natural en una mujer como lo fue Leonor de Aquitania, quien se puso a la altura de su cargo. Las mujeres grandes nacen grandes, el tiempo las pone en el sitio donde han de estar. Es grandioso conocer mujeres así.
    Por favor háblenme del cuadro icónico de Leonor de Aquitania que ha servido, incluso, como portada de un libro sobre su vida. En este cuadro puedo apreciar -por la alegoría de la imagen- que esta nombrando caballero a alguien… ¿Quien es? ¿De que se trata esa imagen? ¿Cuál es su historia?

    Gracias.

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