Lord Byron, poeta del amor en Inglaterra

Lord Byron

George Gordon Byron, más conocido como Lord Byron, nació en Londres el 22 de enero de 1788 y fue hijo de George Gordon y de Noel Byron. Curiosamente fue de los pocos jóvenes que apenas a la edad de diez años ya tenía el título de Lord, al heredar los títulos y bienes de su tío abuelo. A esa edad su madre ya lo había llevado a Escocia para que le trataran el pie deforme con el que había nacido.

El joven Byron estudió primero en Notthingham y más tarde en el Trinity College. Muy pronto descubrió su talento para la poesía, escribiendo sus primeros poemas en 1806. Su primera colección de poemas fue Horas de Ocio, en 1807. Junto con la poesía, el joven Byron mostró su entusiasmo por la política, ya que con 21 años ocupaba un asiento en la Cámara de los Lores.

Sin embargo le pudo más la vida bohemia, y se fue de viaje por Europa durante dos años con su amigo John Hobhouse. Visitaron España, Malta, Grecia y Turquía, siendo sobre todo Grecia la que más le impactó, cosa que se verá más tarde en sus obras. A su regreso a Inglaterra publicó un cuaderno de viajes bajo el título The Child’s Harold Pilgrimage, lo que empezó a granjearle fama como poeta en su país.

Poco más tarde, en 1815, Lord Byron se casó con Anna Isabella Milbanke, con la que tuvo una hija, Augusta, más conocida como Ada Lovelace, ese mismo año. Sin embargo, el matrimonio solo duraría un año, y Lord Byron se marcharía tras el divorcio a Suiza. Hasta allí acudió de nuevo su amigo John, con quien viajó hasta Italia. En Venecia tuvo una esporádica relación con una mujer de nombre Teresa Guicciolo.

Sin embargo, su estancia en Venecia se recuerda sobre todo porque fue aquí donde comenzó a escribir una de sus grandes obras, el Don Juan. Aún con Teresa, Lord Byron se trasladó a Rávena y luego a Livorno en 1821, hasta que en 1823 se trasladó a Grecia para cubrir las informaciones del periódico El Liberal en la guerra griego-turca.

No se sabe a ciencia cierta, pero se cree que el propio Lord Byron ayudó al estado griego a financiar parte de esta guerra. Lo que sí es cierto es que, durante esta época, la salud del poeta empeoró, sufriendo hasta dos ataques epilépticos severos. Todo ello se agravó al contraer una severa pulmonía, con fiebres muy elevadas. Tanto es así que entró en coma, falleciendo finalmente el 19 de abril de 1824, a la edad de 36 años.

Tras su fallecimiento, su corazón fue enterrado en Grecia, mientras que su cuerpo se envió hasta el panteón familiar en Newstead, Inglaterra. Según parece, no se le quiso enterrar en la Abadía de Westminster por los supuestos escándalos inmorales que había tenido en vida. Sólo en 1969, 145 años después de su muerte, se colocó un monumento en su honor en la abadía.

¡Adiós! si dicha se concede al hombre
de una plegaria en premio, ésta tu nombre
elevará hasta el trono del Señor.
Promesas, quejas, llanto, fueran vanos;
más que el lloro, exprimido, ya sangrante,
de ojos sin luz, tenaz remordimiento
esta palabra dice… ¡Adiós! ¡Adiós!

Secos están mis ojos, extinguida
mi voz, pero al dejarte, de mi vida
se adueña para siempre un gran dolor.
Aunque el pesar y la pasión torturan
mi corazón, quejarse no le es dado…
Yo sólo sé que en vano hemos amado…
Sólo puedo sentir… ¡Adiós! adiós.

(Lord Byron)

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