James Watt y la máquina a vapor
Como sabemos, la denominada Revolución Industrial estuvo marcada, entre otras cosas, por el avance que la maquina a vapor permitió en el desarrollo de la industria, primeramente en Inglaterra y luego en el resto de Europa. Sin embargo, este desarrollo tecnológico fue posible gracias a los aportes de un simple hombre; James Watt.
Nacido en Greenock, Escocia, un 19 de Junio de 1736, James Watt transcurrió parte de su infancia trabajando en el taller de su padre. Posteriormente, siendo mayor de edad, curso sus estudios en la Universidad de Glasgow y luego se traslado a la Universidad de Londres donde permaneció solo un año debido a una enfermedad que sufría desde pequeño, por lo cual decidió volver nuevamente a Glasgow.
Una vez de regreso, puso en marcha, dentro de la misma Universidad, un puesto de venta de instrumentos matemáticos, lo cual no solo le permitió ganar dinero sino entablar amistad con destacados hombres de ciencia, entre ellos Joseph Black, quien le explico el concepto de calor latente.
Tiempo después, en 1764, Watt contrajo matrimonio con su prima, Margaret Miller, y tuvieron seis hijos juntos. Lamentable, nueve años mas tarde, Margaret falleció.
En 1769, Watt diseño una especie de cámara que reducía la perdida de vapor en la máquina de Newcomen, lo cual también permitía conservar las altas temperaturas que optimizaban su funcionamiento. De esta manera, en 1775, junto al inventor británico John Roebuck, comenzó a elaborar su primer máquina a vapor, la cual incluía las mejoras desarrolladas por el mismo.
Su éxito fue rotundo, y por supuesto, este importante avance en el campo tecnológico no significo el retiro de James, sino que le incentivo a seguir trabajando en nuevas ideas, como el motor rotativo, el motor de doble efecto, el indicador de vapor, el regulador centrífugo, entre otros elementos que evolucionaron y mejoraron el funcionamiento de la maquina a vapor. Además, durante este periodo, Watt contrajo matrimonio con Ann MacGregor, quien le dio dos hijas mas.
Sin dudas, sus destacados aportes a la ciencia le valieron ciertos reconocimientos. Fue nombrado miembro de la Royal Society de Londres y de la Academia francesa de Ciencia, además, la Universidad de Glasgow le otorgo el titulo de doctor honoris causa y por si fuera poco, su nombre es utilizado para señalar la unidad eléctrica vatio o Watt.
Finalmente, James Watt fallece un 5 de Agosto de 1819, en la ciudad de Heathfield, Inglaterra, dejando un legado enorme y clave para el desarrollo tecnológico a mediados del siglo XVIII.