Caravaggio, entre el arte y la violencia

Caravaggio

Fue un artista de primer nivel, fundador del oscurantismo y uno de los primeros en faltarle el respeto al poder establecido en el mundo del arte. Michelángelo Merisi da Caravaggio fue todo eso y más. Su biografía está teñida de violentas peleas que llegaron a opacar su genio creador.

Caravaggio nació en Milán, Italia, en 1571. Durante su infancia se dedicó a estudiar pintura con un profesor de mediana calidad, pero igual consiguió destacarse como uno de las máximas figuras de su época. Su revolución comenzó cuando se enfrentó a los principios del Renacimiento y del Manierismo. Su primera aproximación a los artistas venecianos fue determinante.

Su padre, Fermo Merisi, era administrador y arquitecto decorador del Marqués de Caravaggio. Su madre, Lucía Aratori, provenía de una familia de alto poder adquisitivo. En 1576, cuando apenas tenía siete, la familia completa tuvo que mudarse a Caravaggio -ciudad de la cual tomó luego su nombre- por las consecuencias que la peste estaba desparramando en Milán. Al año siguiente, Fermo falleció. Fueron las familias Colonna y Sforza quienes incentivaron a que el pequeño Michelángelo se dedique al arte.

Nunca le interesó la belleza, prefería la intensidad de la realidad. Por ejemplo, fue el primero en representar el momento exacto en que sucede el dolor, en su obra Muchacho mordido por un lagarto. Su búsqueda estaba signada por la inclusión del espectador, necesitaba transmitir una sensación, sin caer en el lugar común del disfrute contemplativo.

En 1592 se trasladó a Roma, sin dinero ni contactos laborales. El artista Giuseppe Cesari, empleado de Clemente VIII, fue el primero en darle una oportunidad. En su taller pintó varios cuadros, entre los que se destaca Muchacho cogiendo fruta, su primera pintura conocida, Cesto con frutas y Baco, supuestamente un autorretrato realizado después de abandonar el taller de Cesari. Quiso probar suerte de forma independiente.

Lo que siguió fue un crecimiento que lo catapultó como el pintor más conocido de Roma. Realizó obras maestras para los principales mecenas de Europa. El problema fue que, en paralelo, su vida era una colección de peleas y problemas judiciales. A tal punto que en 1606 Caravaggio mató a un integrante de la fuerza policial de aquella época llamado Ranuccio Tomassoni. No hubo posibilidad de salvarlo, le dictaron sentencia y tuvo que huir a Nápoles, donde continuó con sus éxitos artísticos y, lógicamente, con sus reyertas. De allí se trasladó a Malta y luego Sicilia. Su intención era regresar a Roma, pero nunca pudo.

Recién en 1910 estuvo a un paso de ser indultado por su crimen. Viajó a Roma para concretar el trámite, pero lo asesinaron en el puerto, ni bien puso pie en tierra, el 18 de julio. Hay quienes dicen que murió por una enfermedad, pero las versiones más confiables hablan de una venganza.

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