Fernando de Herrera, el poeta sevillano

Fernando de Herrera

Fernando de Herrera es, sin duda, la figura más representativa de la denominada “escuela poética sevillana”. Sus obras siempre fueron dirigidas aun publico culto, entre el cuál se lo conocía como “el Divino”, por su excelsa pluma y su arte de deleitar a su seguidores.

Herrera nace en Sevilla, en el año 1534. Desde muy pequeño mostró interés por la religión y fue su madre quién lo orientó en el estudio de las Sagradas Escrituras hasta que, ya llegado a la adolescencia, comienza a estudiar para sacerdote y se ordena 5 años después en la parroquia de San Andrés, profundizando en esa época en el estudio de las lenguas clásicas.

A pesar de su solitario y compelo carácter, mantuvo una estrecha amistad con el poeta y humanista Juan de Mal Lara, quien lo visitaba con cierta asiduidad. En el año 1559, Álvaro de Portugal lo invita al palacio del conde de Gelves, para que participara en varias tertulias poéticas, y fue precisamente entonces cuando Herrera se enamora apasionadamente de la esposa del anfitrión, la condesa de Gelves. Los estudiosos de la obra de Herrera afirman que fue este romance el que lo inspiraría en sus mejores versos.

En su producción, Herrera adopta las teorías expresadas en  “El Cortesano”, de Castiglione. Son incontables los sonetos reunidos en su libro “Poesías”, publicado a título póstumo en 1619. Escribió también poemas de carácter patriótico: “Canción por la victoria de Lepanto”, “Canción a don Juan de Austria”, entre otros.

En toda la poesía de Herrera se evidencia una clara influencia de Garcilaso y Petrarca, principalmente. Su estilo está alejado del lenguaje popular y aparece lleno de hermosos giros lingüísticos propios de la lengua culta. Fue un verdadero maestro en el empleo de la metáfora y son constantes las imágenes de gran originalidad en sus obras, en las que se evidencia ya el inicio literario del barroco.

Fue el creador de la Escuela Sevillana, en la cual posteriormente se destacó Francisco de la Torre, entre otros poetas.

Francisco de Herrera muere después de una larga enfermedad en Madrid, en el año 1656.

Foto vía: fcom

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