Alessandro Volta, inventor de la pila eléctrica

Alessandro Volta

Hoy en día, la mayoría de los dispositivos que utilizamos, desde pequeños reproductores de música hasta electrodomésticos, entre otros complejos aparatos, en ocasiones precisan de pilas para su funcionamiento. Las hay de toda clase y marcas. Pero como todo aquello que nos rodea, esta fuente de energía fue la evolución de un descubrimiento realizado por Alessandro Volta.

Nacido en Como, Lombardia, el 18 de Febrero de 1745, de una madre noble y de un padre de la alta burguesía, Alessandro Giuseppe Antonio Anastasio Volta también cursó sus estudios en esta ciudad italiana. Aunque tuvo una formación meramente humanística, Volta decidió optar por la rama científica y en consecuencia, tras su correspondiente paso por la universidad, fue nombrado en 1785 profesor de física de la Escuela Real de Como.

Gracias a uno de sus primeros inventos, el electróforo, logro generar corriente eléctrica continua a través de un dispositivo que una vez que se encuentra cargado, puede transferir electricidad a otros objetos, y que genera electricidad estática. Además, entre 1786 y 1788, descubrió y logró aislar el gas de metano.

Pero su mayor descubrimiento comenzó a idearse en 1780, cuando un amigo, Luigi Galvani, observó que el contacto de dos metales diferentes con el músculo de una rana originaba la aparición de corriente eléctrica. Esto singularidad despertó el interés de Volta quien, en 1794, y luego de experimentar con metales únicamente, llegó a la conclusión de que el tejido muscular animal no era necesario para producir corriente eléctrica.

De esta manera, en 1800, Volta desarrolla la primera pila eléctrica, obteniendo la victoria contra los partidarios de la electricidad animal y los defensores de la electricidad metálica. Como primera medida, envió sus conclusiones a la Royal Society londinense, la sociedad científica del Reino Unido más antigua de Europa, en donde se confirmó el descubrimiento y se le otorgó el crédito de éste tras varias pruebas realizadas por los miembros.

Este reconocimiento le permitió viajar a París, invitado especialmente por el mismísimo Napoleón Bonaparte, quien escuchó atentamente su exposición, le nombró conde y senador del reino de Lombardía y además le otorgó la medalla de oro al mérito científico. Por si fuera poco, también fue nombrado director de la Universidad de Filosofía por el emperador de Austria.

Para beneficio de todos, y sobre todo de los científicos, sus trabajos fueron publicados en cinco volúmenes en el año 1816, en Florencia.

Sus últimos años de vida los transcurrió en Camnago donde falleció el 5 de Marzo de 1827. En su honor, un astroblema, cráter de impacto, lunar lleva su nombre.

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