Ana Frank, la voz de una niña judía

Ana Frank

Annelies Marie Frank, o Ana Frank, fue una niña judía alemana que dejó para toda la humanidad su testimonio de vida durante el Holocausto, mediante un sencillo y sincero diario escrito con su puño y letra.

Ana nació un 12 de junio de 1929 en Fráncfort del Meno, Hesse (Alemania), y fue hija de Otto Frank y Edith Holländer. También tenía una hermana 3 años mayor llamada Margot Betti. Su vida fue muy corta pero intensa, llena de dolor y angustia pero ella supo exorcizar sus demonios por medio de la escritura. Hoy conoceremos su historia.

Cuando Ana cumplió 13 años recibió el regalo más preciado, un sencillo cuaderno de anotaciones que se convertiría al poco tiempo en su mejor amiga y confidente, al que por falta de una compañera de confesiones, llamaría afectuosamente Kitty. Sus primeros escritos en el diario relataban su vida, la relación con su familia, sus amigos y las vicisitudes en la escuela. Dentro de las narraciones se puede apreciar como poco a poco su preocupación por la invasión alemana colma cada rinconcito de su mente. Ana cuenta cómo todos los judíos son obligados a llevar la estrella de David para identificarse, cómo se los trataba y las prohibiciones a las que eran sometidos.

Cuando su hermana Margot recibe una orden de deportación hacia un campo de trabajo, su padre Otto comunica a la familia el plan de salvamento que planeaba llevar a cabo con la colaboración de unos amigos. Desde entonces comienza su vida dentro de un escondrijo secreto en las instalaciones de la empresa de la familia en Prinsengracht. Detrás de las oficinas de Otto Frank se encontraba clandestinamente la Achterhuis (casa trasera), sitio que los acogió y sirvió de escondite durante 2 años.

Ana y Margot antes de los años de encierro

El anexo secreto, según Ana, era relativamente grande, con tres pisos, 1 baño y un ático, pero ninguno de los escondidos podía salir al exterior y la las ventanas sólo se entornaban durante las noches para que nadie notase su presencia.

Miep Gies, Victor Kugler, Johannes Kleiman y Bep Voskuijl fueron los empleados de Otto que les ayudaron en su estancia dentro del refugio, su contacto con el exterior, quienes les llevaban provisiones y mantenían al tanto de lo que sucedía. Ana dejó forjado en su querida Kitty el esfuerzo que los amigos realizaban para cuidarles y brindarles todo lo que necesitasen.

Al poco tiempo los Frank acogieron a otra familia, los Van Pels y a un hombre llamado Fritz Pfeffer, dentista y amigo. En un principio la convivencia fue buena y el tener con quien hablar hizo que el cautiverio fuera más soportable, pero con el paso de los días los roces se incrementaron y las diferencias se hacían más notorias.

Anna relató cada detalle de la relación con los nuevos inquilinos del refugio y como había cambiado su trato con los integrantes de su propia familia, el distanciamiento con la madre, el lazo de solidaridad con su hermana y la cercanía con su padre. También le contó a Kitty los sentimientos que tenía hacia el hijo de los Van Pels, Peter.

Lo que Ana plasmó en su amiga imaginaria Kitty le sirvió en cierta forma para desahogarse y hacer catarsis “Lo mejor de todo es que lo que pienso y siento, al menos puedo apuntarlo: si no, me asfixiaría completamente”.

Durante el cautiverio Ana se dedicaba a estudiar y escribir lo que ocurría cada día de su vida, los eventos del momento y la convivencia en la casa a la vez que dejaba cuentas de sus sentimientos, creencias y proyectos a futuro  pero también daba rienda suelta a sus fantasías y redactaba cuentos “Unas semanas atrás me puse a escribir un cuento, algo que fuera pura fantasía, y me ha dado tanto gusto hacerlo, que mis creaciones literarias ya se van apilando”.

El entusiasmo de Ana por ser escritora se acrecentó por una noticia en la que se comunicaba  que una vez que la guerra termine se recolectarían todos los documentos que relaten el holocausto. A ella le fascinó la idea de crear una novela llamada «Casa de atrás».

Ana comienza con la redacción de su libro reescribiendo los relatos detallados en el diario pero ese mismo año son descubiertos y trasladados al campo de concentración de Auschwitz. Todos los escritos  quedaron en el escondite y luego fueron rescatados por las personas que les ayudaron a subsistir durante el tiempo de cautiverio…

En el próximo artículo seguiremos conociendo la historia de Ana Frank, sus últimos días.

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10 comentarios

  1. victoria dice:

    estoy leyendo el diario me parece muy triste aunque algunas cosas no son fasiles de entender ya que solo tengo 11 años pero me parece q ana fue muy valiente y siempre la voy a admirar…

  2. Kathy dice:

    Es muy impactante algunas cosas de ana….era solo una niña…pero solo Dios sabe porque suseden estas cosas…pero el ejemplo que dejo en el mundo a hecho mucho efecto… para ser de este mundo un mejor lugar…Dios los bendiga!!!….

  3. Española dice:

    Hola a todos, tenía que decir que no generalicen. Ni digan cosas como «Muerte a los alemanes», porque no todos eran Nazis y hasta la misma Ana Frank lo era. Yo no estoy a favor de los Nazis, pero es igual que no todos los Rusos son Comunistas. Creo que Hittler es la persona más cruel que ha existido por matar tanto a niños, como a hombres y mujeres sin importarle solo por su religión. Además, Hittler creía que la raza Aria era la mejor, pero ni siquiera él lo era, porque los de raza Aria son rubios, con los ojos azules y altos normalmente, y él era más bien lo contrario. Me da mucha pena pensar en las vejaciones que Ana Frank, su familia, sus amigos e incluso todos los judíos tuvieron que pasar. Esperemos que no vuelva a ocurrir algo parecido.
    Un saludo desde España.

  4. Española dice:

    En mi segunda frase, cuando digo que Ana Frank lo era, me refiero a Alemana.

  5. yumira dice:

    lo bueno sq ahorita mismo hitler debe star qmandose en el infierno!!!!!

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